*Por Rodrigo Garrido
Qué duda cabe lo duro que ha golpeado el COVID-19 al turismo comunal. Tal cuestión no debe perderse de vista, toda vez que este sector se vincula directa e indirectamente entre otras con transporte, gastronomía y hotelería, por lo cual la merma de turistas genera efectos complejos en esta actividad multisectorial, los que pueden desembocar en temor por la pérdida de fuentes laborales, angustia por el incierto futuro y por cierto, un natural inmovilismo.
Sin perjuicio de aquello, el turismo volverá, ese es un hecho y en este contexto, la información proveniente desde organismos multilaterales, autoridades del sector, empresariado, técnicos e incluso el sentido común indica que una vez superada la etapa más compleja de la pandemia el turismo en espacios abiertos será el primero que volverá a reactivarse. Toda vez que el distanciamiento físico (propio de este tipo de turismo), la preeminencia de un turismo interno asociado a desplazamiento cercano y el turismo impulsado por un segmento etario joven y adulto joven que privilegia el turismo aventura, definirá el foco de retorno de esta actividad.
En ese marco, este proceso de reactivación del turismo comunal debe encontrarnos preparados, siendo el resultado de un esfuerzo mancomunado, atrayendo las capacidades de los sectores público, privado y sociedad civil para trazar una hoja de ruta que ponderará sentido de urgencia, rigor metodológico, factibilidad y realismo en las acciones, de modo que canalice las necesidades y esfuerzos de todos y todas, aquí nadie sobra, pues el turismo es el corazón de la comuna y el sustento para miles, es lo que le ha dado el sello distintivo al territorio y en ello debemos prosperar. Sin embargo, los requerimientos son acuciantes y se mueven en la esfera de lo económico, lo sanitario y lo social. En ese contexto, cada sector está abocado a realizar sus contribuciones, lo sabemos y celebramos.
Dicho lo anterior, la Universidad de La Frontera, quien durante más de 2 décadas ha contribuido con profesionales del ámbito del turismo y la salud al territorio lacustre, se ha comprometido en la mirada de la reactivación turística, diseñando acciones hoy para el turismo de mañana.
Así las cosas, una alianza entre nuestro Campus y el Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de nuestra casa de estudios ha posibilitado un trabajo interdisciplinario destinado a generar un protocolo para actividades de montaña, de modo tal que expertos en turismo, epidemiología, comunicaciones y políticas públicas nos hemos dado cita para proponer un instrumento pertinente y eficaz, rigurosamente elaborado y donde la participación de actores diversos forma parte de un eje obvio para la construcción de este protocolo.
Posterior a este trabajo, estaremos difundiendo este instrumento a la comunidad local y nacional, a los organismos del sector turístico y económico, pues lo que importa es sumarnos con un aporte concreto al proceso de reactivación y sostenibilidad del sector.
Cambiará el turismo y sus experiencias asociadas, este es un dato de la causa, como lo es la existencia del maravilloso escenario natural en que tenemos el privilegio de ejercer nuestra acción docente y formativa, por lo que debemos redoblar nuestros esfuerzos para ofrecer un destino lo más seguro posibles a visitantes y turistas, toda vez que en la seguridad al visitante estará una de las claves para el proceso de reactivación del sector.
Del mismo modo, debemos pensar en el fortalecimiento del capital humano asociado a la actividad, a la incorporación de tecnologías de información y comunicaciones a la industria, así como la relación con la naturaleza, todo aquello bajo el sello de la sostenibilidad. Pensar, sentir y actuar es nuestro compromiso institucional, el compromiso de una Universidad pública, estatal y laica, que trabaja por el bien de la comunidad y de este estratégico sector de nuestra comuna.
*Rodrigo Garrido es profesor universitario y director del Campus Pucón de la Universidad de la Frontera (UFRO).
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