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Testimonio exclusivo: Hermanos extraviados en el Cerro Quelhue pasaron la noche abrazados para darse calor

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Bastián y Felipe Villarroel relataron su experiencia extrema a La Voz…, y cómo lograron sobrevivir en condiciones climáticas muy difíciles y sin la ropa adecuada para este tipo de situaciones. En algún momento creyeron que no los rescatarían.

 

Por Rodrigo Vergara

La foto que inmortalizó el rescate al momento de la llegada a la base del cerro, donde los esperaba el padre.

La historia de los hermanos Felipe y Bastián Villarroel de 17 y 21 años respectivamente, pudo terminar muy mal. De hecho, pudo ser una tragedia histórica para Pucón, luego de que se perdieran la tarde del domingo en el Cerro Quelhue con condiciones climáticas muy adversas y una noche en extremo lluviosa y fría para esta primavera puconina que, de ella, sólo se tiene el nombre. Pero no fue así. Ellos, lograron pasar la noche y salvar con vida, luego de que una patrulla de Bomberos los encontrara al límite de la hipotermia, al límite de sus fuerzas. Y, en rigor, al límite en casi todo el sentido de la palabra.

Y luego de la que fuera, posiblemente, una de las experiencias más dura de toda su vida, lograron pasarla y contar la historia. Y, por lo mismo, se dieron un tiempo para hablar con La Voz…, y relatar lo que vivieron en esas casi 15 horas en las que tuvieron a un pueblo entero pendiente de su destino.

Bastián es el primero que habla. Relata el cómo les surge la idea de hacer el recorrido hasta el mirador del Quelhue. “La idea salió de la nada. Yo quería subir el cerro, llegar hasta el mirador. Y no tenía con quién ir, así es que le pregunté a mi hermano (Felipe) y me dijo que sí”, relata y aclara que si bien Felipe nunca había estado en el cerro, él sí había hecho la ruta junto a otros amigos: “Nos pusimos de acuerdo entre las 12 y la una de la tarde”.

Felipe, en tanto, agrega: “Yo le pregunté a mi papá, me dejó. Almorzamos y nos fuimos”. Era cerca de las 15 horas cuando salieron de la casa paterna ubicada en el sector del aeropuerto.

Bastián aclara que por las caminatas realizadas anteriormente, él conocía muy bien la ruta hasta el mirador del Quelhue. Además, también la había hecho junto a su padre cuando era más pequeño. “El mirador está mucho más arriba de la antena (de celular que se ve a distancia), un poco más abajo de la cima del cerro. Hasta ahí (el mirador) el sendero está bien marcado”, dice Bastián, mientras que su hermano Felipe agrega: “Hasta donde se puede llegar es hasta el mirador”.

Así las cosas, y luego de una caminata de cerca 40 minutos, ambos jóvenes lograban su objetivo inicial: llegar hasta el mirador del Quelhue. En el lugar sacaron algunas fotos (una de ellas ilustra esta crónica), hicieron videos y se quedaron un rato admirando la belleza del paisaje que muestra casi íntegramente el valle de Pucón. Pero les vino una idea que, a la postre, se transformaría en una muy mala decisión: tratar de llegar hasta la cima del cerro. Se veía un logro no tan complejo y calculaban estar a unos 50 ó 60 metros de ella. Aproximadamente era las 17:30 horas del domingo.

La vista que tenían los jóvenes desde el mirador del Quelhue (foto tomada por Felipe).

“Estábamos tomando unas fotos (en el mirador) y en eso se nos ocurrió llegar a la cima. Lo intentamos subir por una parte que estaba lleno de árboles”, cuenta Bastián y Felipe reconoce que la idea de llegar hasta lo más alto “era algo muy tentador”. La idea, cuentan, fue mutua.

“Detrás del mirador había una piedra —recuerda Bastián— Subimos esa piedra para tratar de llegar a unos árboles que estaba como por al lado de la cima. Nosotros teníamos pensado subir por ahí. En eso pasamos por esa parte, cruzamos otra piedra y comenzamos a subir. Subimos como por una media hora y después de esa media hora nos dimos cuenta que no podíamos subir más. No había manera de subir. Buscamos por todos lados y no había como. Y desde ahí se nos ocurrió bajar”.

Y fue precisamente en ese momento que comenzaron los problemas. Al parecer, por lo agreste de la vegetación, tomaron una ruta diferente y en una dirección contraria que por donde habían subido. “En eso se nos ocurrió bajar. Subimos como media hora y bajamos como una hora y media. No pillábamos el camino”, dice el mayor de los hermanos.

Felipe en tanto agrega su relato a la historia: “Fuimos mal encaminados y terminamos al otro lado del cerro”. En rigor, según el relato de los jóvenes, rodearon sin darse cuenta todo el mirador y terminaron al otro lado del cerro. Y se guiaron, erróneamente, por una gran roca que es posible ver, incluso desde la parte baja de Pucón en la ruta hacia la zona de Quelhue.

“Nosotros nos fuimos todo el rato por la orilla de la piedra. Y después intentamos buscar la piedra para seguir bajando, pero nosotros encontramos la piedra, pero no sabíamos qué piedra era. No sabíamos, así que sólo caminamos”, cuenta Bastián.

El problema es que nunca encontraron el mirador inicial, el cual era el primer objetivo de la excursión. A eso de las 19 horas se dieron cuenta que estaban perdidos: “Estábamos entremedio de puros árboles. Sólo árboles y no se veía nada más”.

Las condiciones climáticas a esa hora no eran tan complejas como lo fueron posteriormente. Estaba nublado, frío, húmedo, pero aún no se dejaba caer la lluvia copiosa de las horas siguientes. Como pudieron trataron de avanzar y llegaron a la piedra más grande del cerro, pero estaban demasiado alejados del mirador inicial. De hecho, desde ahí no podía ni siquiera verlo y sólo tenían la vista del valle. Pero era de noche, los grados bajaron, la lluvia comenzó. No había mucho más que hacer. Estaban perdidos. No quedaba más que comenzar a llamar a los Carabineros, al papá, a los Bombero. A cualquiera que pudiese brindarles ayuda. Aparte, el frío comenzaba a transformarse en un enemigo. Sobre todo si no estaban con la ropa adecuada (uno sólo llevaba un suéter de lana), nada de comida y sólo dos botellas pequeñas de agua eran el sustento.

“Cuando llegamos a la piedra grande no veíamos el mirador y le dije a mi hermano que sacara el teléfono para avisarle a los Carabineros que se habían perdido”, relata Bastián.

Pero no hubo necesidad de llamar, el padre de ambos, Luis, llamó al celular de Felipe para saber cómo iba la excursión: “Justo cuando íbamos a llamar, me llamó mi papá y ahí le dijimos que estábamos perdidos. Era mi teléfono el único que teníamos y gracias a que tenía batería”.

Y fue el papá, quien finalmente llamó a la seguridad ciudadana municipal, por un vecino que trabaja en esa unidad, y desde ahí se comunicaron con los carabineros y bomberos puconinos. Los jóvenes también realizaron sus llamadas a las centrales de ambas instituciones, pero las llamadas iban a Temuco y desde la capital regional se comunicaron con Pucón.

Pasaron las hora y Felipe y Bastián cuentan que a eso de las nueve de la noche se dieron cuenta, por los gritos que sentían, que ya andaban patrullas rescate en su búsqueda. “Me llamaron muchos números para que diera la ubicación”, acota Felipe.

Las sensaciones, según cuentan, para ellos eran como una montaña rusa: sorprendidos, asustados, desesperados y a veces, incluso, bromeaban por la situación que afrontaban. “Igual estábamos asustados —señala Bastián— porque después empezó a correr viento y llegó la lluvia y yo andaba con una polera y un chaleco de lana (“Y yo, polera y parca”, dice Felipe)”.

La único que les entregaba algo de tranquilidad a los jóvenes, eran las llamadas que recibían al celular. En ellas les informaban que las patrullas de rescate estaban en la búsqueda. También escuchaban gritos, pero (posiblemente por el viento) los de ellos parecía que no eran escuchados. Así estuvieron hasta eso de las dos de la madrugada, cuando la batería del celular de Felipe se agotó. Desde ahí fue silencio, oscuridad, lluvia y viento. “Nos llamaban y nos decían que iban en camino. Y en eso veíamos a la gente pasar. Nos alegrábamos y al ratito se iban y nos desilusionábamos. Estuvimos un buen rato en la misma situación hasta que a mi hermano se le apaga el teléfono”, recuerda Bastián. El problema para los rescatistas era que no podían encontrar una ruta adecuada para llegar hasta los dos jóvenes.

“El viento estaba muy fuerte —dice Felipe— estábamos dentro de una nube. La nube estaba en el cerro y por eso nos llovió toda la noche”.

Quizás uno de los momentos más duros de la experiencia fue cuando a Felipe, el menor de los hermanos, se le apagó el teléfono (“Ya se daba por muerto”, dice Bastián). Luego de ese instante ambos relatan que pasaron como cuatro horas en las que no se escuchaba un ruido. La desesperanza y frustración estaba en niveles muy altos. Pero había que pasar la noche de alguna manera. Y lo hicieron abrazados. El más grande cubrió al más chico y se dieron calor con sus cuerpos. Se recostaron en la hierba húmeda, pero no se durmieron. La lluvia caía muy fuerte. Los rescatistas aún no podían llegar a hasta la parte superior de la roca donde estaban. Era un barranco para los jóvenes. No podían bajar y los rescatistas de bomberos no podían subir.

“Nunca había sentido tanto frío. Fue un extremo. Pensé que nos íbamos a quedar arriba, porque era muy difícil llegar hasta donde estábamos”, dice Felipe, a lo que Bastián Agrega: “Pasaron muchos grupos cerca de nosotros y ninguno podía subir. Yo pensé que no iban a poder ir a buscarnos. Tenía planeado que si no llegaban esa noche, ya a al amanecer y que hubiera un poco de luz y bajar. Intentar bajar de alguna manera. Habíamos perdido casi toda esperanza de que nos iban a sacar de ahí”. Incluso uno de ellos, Felipe, en el afán de acercarse a sus rescatistas casi cae por el barranco. Alcanzó a salvarse por una piedra que sobresalía y pudo afirmar el pie: “La vi fea”.

 

El rescate

El amanecer los encuentra abrazados. Las horas, según ellos, pasaron rápido. Pese a que el frío y la lluvia no cesaban, Bastián empezó a urdir ideas para intentar bajar. El objetivo era esperar hasta el mediodía para ver si las condiciones mejoraban y en ese momento intentar un descenso. Pero no hizo falta, tres rescatistas de bomberos (Sergio Sagardía, José Gatica y Benjamín Bascuñate) lograron lo que parecía una tarea casi imposible: encontrar una ruta para llegar hasta Felipe y Bastián. Y el encuentro fue a las 7:50 horas de la mañana del lunes.

“Nosotros estábamos acostado, sin esperanzas, esperando las 12 (del día). Escuchamos unos gritos bastante lejos y de repente escuchamos ‘¡Bastiáaaannnnn!’ La voz se escuchó súper fuerte. Se escuchaban los pasos. En eso mi hermano se para, sacó fuerzas, no le dolió nada. Se paró y gritaba: ‘¡Aquí! ¡Aquí! ¡Aquí’”, rememora el mayor de los hermanos con felicidad en su rostro.

De los gritos pasaron a los pocos segundos al contacto visual y la recomendación de los rescatistas de los bomberos puconinos fue que se quedaran en el lugar, que no se movieran. El rescate estaba a unos 30 metros aproximadamente. La vida había prevalecido: “Esos minutos fueron eternos. No llegaban nunca. Nos tiramos al piso de vuelta a esperarnos. Y estábamos tirados cuando llegaron y nos dijeron ‘buena chiquillos, ¿están bien?’”.

El momento exacto cuando uno de los jóvenes llega hasta el campamento base de la búsqueda.

Los rescatistas Sagardía, Bascuñate y Gatica se movieron rápido. Llevaban una muda de ropa seca y les ayudaron a cambiarse. Luego, una rápida inspección si estaban en condiciones físicas de bajar y comenzaron el descenso rápido. La idea, según contaron después, era que se pudieran mover luego para entrar en calor y combatir la hipotermia que a esa hora ya estaba provocando los primeros efectos. También les entregaron algo de frutos secos para recuperar fuerzas.

Desde ahí, la historia es conocida. El grupo de tres rescatistas y los dos rescatados siguieron una ruta marcada por los expertos de bomberos. A eso de las 11:30 de la mañana, ya estaban en la antena de celular que marca la base del cerro (foto principal de esta nota). Ahí los esperaba el padre. Un poco más abajo, la madre. La historia tenía un final feliz. Los puconinos salvaron a los puconinos.

 

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Fiscalía y municipalidad de Pucón inician arremetida judicial en contra de la denominada “banda del chivo”

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El jefe local del Ministerio Público local, Jorge Calderara, pidió audiencia para formalizar cargos a ocho personas, quienes han sido denunciadas por actos reñidos con la moral realizados en las calles del casco histórico de la comuna. Uno de ellos ya está en prisión preventiva por un robo cometido en la madrugada de este martes en un local del centro.

CAUTELARES.- La idea, según se explicó, es poder solicitar medidas cautelares que permitan sacar al grupo de las calles de Pucón. La incómoda situación se alarga desde inicios del último verano.

La verdad es que han sido noticia, prácticamente, durante todo el verano. Denuncias por ataques en restaurantes, acciones que ofenden la moral (como defecar y tener sexo en la calle) y, últimamente, maltrato animal por los eventuales daños en contra de un chivo que pasean en un carro de supermercado y un perro que pintaron con spray. Se trata del grupo de indigentes que pernoctan y deambula en calles y sitios céntricos de Pucón. Y en las últimas semanas se han gestado una serie de movimientos a nivel de tribunales con el objetivo de plantear alguna solución para este grupo (la “banda del chivo” por el caprino que poseen) del que se han quejado turistas, comerciantes, vecinos y autoridades. Y esto pasa, inicialmente, por una querella que puso la municipalidad por maltrato animal y ofensas al pudor. Pero no es lo único el fiscal jefe de Pucón, Jorge Calderara, anunció que solicitó una audiencia de formalización de cargos por los mismos delitos en contra de ocho personas. Es decir, prácticamente, la totalidad de la banda. También la concejala Verónica Castillo ya había realizado una denuncia en Carabineros a mediados de marzo.

“Es un grupo de personas que durante los meses de enero, febrero y marzo se han dedicado a realizar desórdenes públicos en distintos puntos de nuestra comuna. Estas personas que se denominan en situación de calle y que han sido vistas por muchas personas realizando conductas ofensivas, ya sea orinando o defecando en presencia de todas las personas que transitan por el sector céntrico de Pucón dañando algunos locales comerciales o recintos bancarios y llevando entre ellos animales que han maltratado, entre ellos un animal caprino y un perro y efectuando distintas conductas como el amenazar a algunos transeúntes”, sostuvo Calderara.

El abogado persecutor agregó: “Todo ello ha llevado a que la fiscalía de Chile presentara un escrito solicitando audiencia de formalización en contra del imputado Patricio Alarcón y para siete personas más que forman parte de este grupo pidiendo al juez de garantía que fije una audiencia para formular cargos por distintos delitos. Dentro de ellos están desórdenes públicos, maltrato animal, ofensas al pudor, daños simples, amenazas, estafas a un local comercial y todo ello con la finalidad de pedir las medidas cautelares necesarias para que estas personas dejen de realizar estas conductas”.

Patricio Alarcón, quien estará como imputado en esta querella y parte del grupo, ya está detenido y en prisión preventiva. Esto, por un robo ocurrido la madrugada de este martes en el local Lomos y Tuercas del centro de la comuna. Alarcón fue detenido por Carabineros, junto a Martín Durán. Según se supo, una llamada anónima alertó a los uniformados de un robo de un celular en las afueras de la municipalidad. La llamada considerada como “cazabobos” no consiguió su objetivo, y los carabineros pudieron percatarse del robo en el local. El botín conseguido por los delincuentes constaba de algo de dinero, un computador y botellas de alcohol.

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Largas esperas en paso Mamuil Malal marcan Semana Santa en la zona: cierre a las 17 hrs. es todo un problema

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Opiniones cruzadas en torno a la responsabilidad de la decisión de bajar el horario genera incertidumbre. Ocupación hotelera fue a la baja.

CONGESTIÓN.- Largas filas se vieron en ambos lados de la aduana en el paso Mamuil Malal. El temprano cierre de las instalaciones en poco ayudó para agilizar el trámite. (Fotografía Carabineros).

Cuando pasaron algunas horas después de Semana Santa, los gremios y autoridades sacan sus cuentas. Y algunas de ellas no son muy alegres. Uno de los mayores problemas y complicaciones que presentó la zona fueron las largas filas —y muchas horas de espera— para ingresar o salir de Chile por el paso Mamuil Malal, situación que se potenció con el temprano cierre del paso. Esto, porque desde marzo sólo se puede cruzar la cordillera hasta las 17 horas y no hasta las 20 hrs. como lo fue en verano. Y pese a los oficios de la municipalidad y al reclamo de los gremios turísticos para cambiar la disposición, el hecho es que el horario de las cinco de la tarde como tope se mantendrá por un tiempo indeterminado.

“Durante varios años se ha estado trabajando para lograr tener el paso fronterizo Mamuil Malal abierto, incluso, hasta las 12 de la noche en período de verano; de tal manera que el corredor turístico se convierta en una potente vía de ingreso y salida de turistas. Esta medida va absolutamente al contrario de todo lo que se había estado trabajando para alargar la jornada y ahora, finalmente, se restringe la jornada”, argumentó Julio Pablaza, presidente de la Cámara de Turismo de Pucón. 

Sobre la crisis de este fin de semana que pasó, el dirigente gremial agregó: “Este fin de Semana Santa hubo un tremendo impacto negativo al turismo. Hubo muchos turistas que no pudieron cruzar y que finalmente se quedaron en Argentina. Hubo personas que perdieron sus reservas y dejaron de visitar nuestro destino. Y no sólo se afecta a las comunas de Pucón, Curarrehue y Villarrica. Esto afecta a la región completa”.

El punto es que la municipalidad, a través del Administrador Carlos Olave, ofició al delegado presidencial, José Montalva, para que pueda gestionar un cierre más tarde. Desde la delegación presidencial señalaron que el problema del cierre está relacionado directamente a una decisión de la administración aduanera argentina y que no depende de Chile el asunto. Posición que se contrapone con lo que sostiene el mismo Olave, quien cruzó hacia Argentina el fin de semana y en el lado trasandino consultó y la respuesta, según él, es que el problema es un asunto chileno. 

“Pasé y consulté en la aduana argentina y me señalaron que de parte de Chile habían determinado el horario. Eso me llama la atención y no sé quién está coordinando el cierre más temprano en este momento. Hay una contradicción porque ellos (los argentinos) se habían ajustado al horario que determinó Chile”, explicó Olave.

Baja en las visitas

Sobre el tema de la ocupación hotelera en el fin de semana santo, el presidente de la Cámara de Turismo, Julio Pablaza, sostuvo que hubo cifras dispares entre Pucón centro y el más periférico o rural. Con todo, los números no fueron buenos y las cifras fueron bajas en relación a años anteriores. Pero más allá de eso, el dirigente gremial, nuevamente, pone énfasis en los problemas que presenta el destino cuando aumenta la demanda. 

“Lo importante es qué presentamos en Semana Santa. Qué logramos mostrar a nuestros turistas que llegaron. Finalmente qué tenemos: no funcionó la conificación y tuvimos tacos hasta el cruce a Curarrehue. Son dos o tres kilómetros de congestión para llegar a Pucón, sumado a lo que se demoraron en la aduana (los que venían desde Argentina). Por supuesto que las quejas fueron variadas y múltiples y no presentamos nuestra mejor cara”, sostuvo Pablaza, quien agregó: “El destino debe tener una actitud al turismo. Tiene que estar siempre un paso antes de lo que viene y ver cómo vamos a presentarnos de la mejor manera a los turistas y visitantes. Esto lo tiene que hacer el municipio y los gremios. tenemos que estar atentos a todas estas variables. Creo que quedamos al debe y aún habiendo un buen clima en Semana Santa tuvimos una baja ocupación”.

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Historia repetida en Pucón: PDI captura a prófugo que era buscado por falsificación de dinero e infracción a la Ley de Armas

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El hombre llevaba cerca de dos años en la comuna, hacía una vida normal y residía en un exclusivo condominio. Estaba condenado a más de cinco años en un caso denominado como “casa de papel chilena”. Es el cuarto caso conocido de un evadido de la justicia que es capturado en la comuna desde 2018.

INDAGATORIA.- Los funcionarios de la Bicrim Villarrica realizara un trabajo investigativo de cuatro meses que permitió capturar a Pablo Mallanes la mañana de este lunes.

Pareciera ser que de un tiempo a esta parte hay delincuentes prófugos de la justicia que tienen cierta predilección por ocultarse en Pucón. Pasó en 2018 con un CNI, en 2020 con un participante de uno de los denominados “robo del siglo”; y este verano con un connotado asesino. Y ahora, con uno de los miembros de la —motejada por los medios a raíz de la serie de Netflix española— “casa de papel chilena”. Se trata de Pablo Mallanes Calfucura, quien fue detenido la mañana de este lunes por funcionarios de la PDI, Bicrim Villarrica, en las calles de Pucón. Mallanes estaba prófugo con una condena de cinco años y un día por falsificación de billetes e infracción a la Ley de Armas. 

Según los antecedentes recopilados por este medio, el hombre residía junto a su familia en un exclusivo condominio en Pucón y mantenía actividades normales dentro de la comuna. Es decir, salía de compras, de paseo y hacía deporte, entre otras cosas. Eso, hasta que llamó la atención de los investigadores de la PDI de Villarrica; quienes realizaron un seguimiento por más de cuatro meses y lograron su captura este lunes pasadas las ocho de la mañana, mientras dejaba a sus hijos en un colegio de la comuna; según señalaron testigos que a esa hora se desplazaban por el lugar y se percataron del operativo policial que se gestaba en ese momento.

El subprefecto Yerko Araya, jefe de la Bicrim Villarrica, indicó que el detenido mantenía cuatro órdenes de detención vigentes, una por el delito de apropiación indebida, y las restantes por los delitos reiterados de falsificación de billetes e infracción Ley de Armas.

“Eludía la justicia manteniéndose en la clandestinidad en un domicilio de un barrio residencial exclusivo de la comuna de Pucón. Al ser detenido, además, se da cuenta a la Fiscalía de Flagrancia por el delito de Infracción a la Ley 18.290 por conducir un vehículo con licencia de conducir falsa”, sostuvo Araya.

Tal como lo señaló el oficial, al momento de su detención, Mallanes presentó una licencia de conducir falsificada, por lo que le fue agregado el cargo de falsificación de instrumento público. Así lo señala el fiscal Carlos Hoffmann, quien controló la detención del hasta hoy prófugo. 

“El imputado contaba con sendas órdenes de detención y además fue sorprendido conduciendo un vehículo con una licencia para conducir falsificada a nombre de otra persona por lo que la fiscalía local de Pucón formalizó investigación por delitos tipificados en la Ley de Tránsito que dicen relación con la falsificación de la licencia y también por la usurpación de identidad, toda vez que la licencia que tenía su fotografía, tenía el nombre de otra persona con domicilio en la región metropolitana”, explicó Hoffmann, quien agregó que el juez de Pucón ordenó que Mallanes ingresara a cumplir las condenas que mantenía por más de cinco años de cárcel.

la historia de la “casa de papel chilena”

La historia del denominado caso de “la casa de papel chilena” dice que en mayo de 2018, Carabineros detuvo a cuatro personas, entre ellas, su líder identificado como Pablo Mallanes Calfucura, por los delitos de tráfico de armas y falsificación de dinero en la región Metropolitana. Las diligencias denominadas “Operación Casa de Papel”, lograron las detenciones tras el allanamiento de varios inmuebles de las comunas de Maipú, Puente Alto, Santiago, San Bernardo y Lampa.

Allí, se incautaron dos pistolas calibre 9 mm., una pistola a fogueo, una pistola calibre 40 mm. un maletín para pistola con encargo por robo, 25 cartuchos, dos cargadores y un vehículo Station Wagon con encargo por robo. Asimismo, se decomisaron más de $18 millones en efectivo, $120 mil en dinero falsificado y 64 monedas de $500 falsificadas. Además de instrumentos para la fabricación de billetes y monedas falsas como computadores, impresoras y papel de impresión.Mallanes se encontraba cumpliendo arresto domiciliario nocturno, cuando en febrero de 2021, el 5° Tribunal Oral en lo Penal de Santiago lo condenó a 5 años y un día presidio por tráfico ilegal de armas de fuego. Sin embargo, evadiendo todo control, se fugó. Eso hasta este lunes cuando fue detenido por la PDI en Pucón.

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