A partir del 18 de octubre pasado el país vive momentos cruciales. Las justas demandas sociales de un pueblo poco acostumbrado al reclamo marcaron un antes y un después que, de seguro, se estudiará por muchas décadas en las clases de historia de Chile. Y pese a que aún el estado de movilización no termina, ya se ven una serie de cambios y decisiones de la clase política que solo el tiempo dirá si fueron las adecuadas o no. El más relevante, el acuerdo por un nuevo proceso constituyente.
Pero también el descontento ha venido con una carga no menor de violencia. Incendios, saqueos y barricadas se hicieron más que comunes. Pero también convengamos que los excesos policiales aparecieron y más allá de condenas a priori en casos que, necesariamente, deben investigarse con celeridad y profesionalismo, es evidente que una vez que la crisis haya pasado será una necesaria revisión de protocolos e intervención profunda de la policía uniformada.
Y en lo local también hemos tenido lo nuestro. Las marchas se hicieron comunes y aparecieron algunos picos de violencia que, gracias a Dios, han desaparecido de a poco. Pero obviamente que el fenómeno no es indiferente a nadie. En las semanas previas fueron los empresarios y comerciantes locales quienes se unieron y dieron la voz de alarma por la posibilidad de la afectación al turismo nuestra principal fuente de ingresos.
Pero las alarmas no pueden volverse histeria. Y la violencia —que ha ocurrido— no nos puede transformar en enemigos a puconinos con puconinos. La verdad, da igual lo que pensemos del problema que vivimos. Pucón es un pueblo pequeño y nos conocemos casi todos. Es necesario quebrar los círculos de desconfianza entre quienes marchan y se manifiestan y quienes no lo hacen. Ambos tienen derechos de hacer o no hacer y probablemente tengan buenos argumentos para sus decisiones.
Y es en ese contexto que esta editorial es una invitación a dejar atrás las histerias típicas de un proceso como el que vivimos y asumir que los escenarios cambiaron. Y que lo mejor es adaptarse. Y esto no significa claudicar en las opiniones. Solo es que cada uno de nosotros aporte desde su mirada con lo mejor que pueda dar. Y, todos, decir no a la violencia. Venga de donde venga. Porque este Pucón lo hacemos todos: los que marchan y los que miran.
Nuestras editoriales cercanas a fechas significativas para el mundo creyente como Navidad o Semana Santa, generalmente las usamos para plantear, de alguna forma, nuestras conocidas posiciones como medio: un arraigo al Evangelio cristiano que nunca hemos ocultado y que, en los hechos, ha sido nuestro faro en los casi cinco años que llevamos como medio de comunicación en nuestra comunidad.
Y esta era una nueva oportunidad para plantearlo. Pero, en base a esos mismos principios que decimos seguir, es que no podemos dejar de levantar la voz en torno a lo que está pasando en nuestro país. El irrespeto a la autoridad, la delincuencia, la violencia y un desborde crítico en los hechos de sangre en contra de Carabineros, con tres asesinados en menos de un mes (el último, el cabo Daniel Palma, quien falleció la madrugada del jueves), no nos pueden dejar indiferentes.
Como medio de comunicación local no podemos mantener silencio ante hechos de este tipo. Es necesario levantar y mantener posturas firmes en contra de la violencia. Y es ahí donde la generación de políticos que actualmente nos gobierna está al debe. No han pasado muchos años desde que vociferaban en contra de las policías y militares que trataban de contener (muy a duras penas y a veces con excesos) el estallido social que trajo violencia, delincuencia y una serie de manifestaciones perniciosas en la que el fuego y el saqueo fueron denominador común. Es todo un problema que lo que ayer se celebraba, hoy se denosta. O por el contrario, lo que ayer se criticaba duramente con llamados a refundar o disolver (esas eran las promesas de campaña en torno a Carabineros), hoy se respalde al nivel de prometer salir en operativos junto a ellos, como lo dijo el Presidente Gabriel Boric hace unos pocos días atrás.
Esperamos que el mandatario pueda tomar decisiones acertadas junto a su equipo de Gobierno. Es hora de un “basta ya” en esta materia. Chile no soporta más Carabineros muertos. Como medio hemos sido críticos muchas veces de su actuar, pero nunca desconoceremos el rol trascendental que tienen para la república y la democracia. Por lo mismo que el llamado también es local. No podemos validar la violencia en ninguna de sus formas en nuestro Pucón. La delincuencia y la violencia deben ser rechazadas siempre (sí, también en las redes sociales); no sólo cuando nos convenga.
El miércoles pasado publicamos una entrevista al presidente de la Cámara de Turismo de Pucón, Julio Pablaza, en la que hacía un repaso evaluatorio a la reciente temporada de verano que ya quedó atrás. Y más allá de las cifras que apuntaron a una baja en la afluencia de público, sobre todo en enero, llamó la atención la claridad de ideas y la capacidad de valorar algunas cosas que, a juicio de Pablaza, salieron bien o, al menos, mejoraron en relación al año que pasó.
Es indudable que en los gremios locales hay gente pensante, creativa, con ideas y con unas ganas tremendas de aportar a nuestra comunidad. Julio Pablaza es uno de ellos, pero entendemos que tanto en los otros dirigentes, como en las personas comunes y corrientes, los gremios están llenos de ideas que podrían, eventualmente, beneficiarnos a todos.
Ahora, el problema de ellos pareciera que van por otros lados. Uno de ellos, tal como lo evidenció el entrevistado, es la falta de seguimiento a los compromisos que ellos mismos hacen con la municipalidad. Es decir, hay poca sistematización en el trabajo y además un bajo desarrollo de estrategias comunicacionales y márketing de manera organizada.
Por lo mismo y tomando en cuenta todo lo anterior, quizás sea muy bueno establecer como meta prioritaria este semestre la materialización de la corporación de turismo, una organización privada que pueda aglutinar a los cerca de 20 gremios locales, aunar las innumerables buenas ideas y sistematizar el trabajo para llevarlas a cabo. El nivel de la comuna demanda que nuestros emprendedores puedan ponerse el “pantalón largo” y generar una fuerza que ayude en lo que todos queremos: hacer de Pucón, un mejor lugar.
Durante la semana conocimos la definición del partido Renovación Nacional (RN), quienes a través de su presidente local, Mario Palma, comunicó que su candidato oficial para las próximas municipales del año que viene es el actual concejal Cristian Hernández. Esto, con miras a unas elecciones primarias previas que posibiliten un candidato único en la centroderecha para postular al sillón edilicio.
Luego de eso, fue el turno del precandidato de Evópoli, Sebastián Álvarez, quien valoró el gesto de las primarias e hizo un llamado a que participen en ella todos los que anhelen dirigir la comuna y adhieran a las ideas del sector. Por el otro lado, aunque más sigilosos, también se sabe de algunos movimientos e intenciones de candidaturas para llegar al edificio de Palguín con O’Higgins y liderar a nuestro amado Pucón.
Y es una noticia muy alentadora el que se generen muchas intenciones de llegar ahí; pero también es relevante que quienes quieran ser alcaldes o alcaldesas tengan en mente que los puconinos necesitamos una mirada que nos proyecte en las próximas décadas. Y para eso se necesitan ideas y proyectos con sustancia y no solo posteos de redes sociales o acciones que busquen el apoyo fácil de la gente. Por el bien de todos necesitamos ideas.
Por lo mismo es que como medio queremos ser un canalizador de estas propuestas y extendemos una invitación a todos quienes quieran liderar desde la alcaldía o desde otro lugar a escribir en este diario. Abrimos nuestra sección de opinión a columnas con las ideas, planes y proyectos que quieran materializar para nuestra amada comuna. Es necesario debatir y plantear propuestas. Pucón y los puconinos (nacidos y criados y los que llegaron) nos lo merecemos. Solo deben llamar al editor.
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