*Por Ernesto Vásquez Barriga, Magíster y doctorando en Derecho, Académico de Derecho, Universidad de Chile y Universidad de Santiago. Ex fiscal de la Fiscalía Centro Norte de Santiago.
El dieciocho de octubre marcará en nuestro calendario, el inicio de un proceso que con luces y sombras, ha de implicar –sin duda alguna- un paso relevante hacia una sociedad mejor.
El principal país de la región según algunos economistas, con respaldo en cifras de crecimiento potente en la comarca, conforme entidades internacionales o “el edén de paisajes” según la opinión de millares de turistas y de quienes hemos podido conocer nuestra tierra y compararla con otras latitudes; fue el sino anhelado de un millón y medio de inmigrantes, que buscaron este destino como el puerto adecuado para sus sueños; empero no solo era todo aquello, hoy sabemos que Chile tenía un secreto social, guardado en el corazón de la comunidad, a saber, invernaba en su seno rabia y furia por injusticias que pocos notaron, salvo algunos que hoy declaman verdad total expost como el comentarista deportivo que explica con el diario del lunes lo que no dijo el sábado sobre el partido de fútbol acaecido el domingo.
Qué duda cabe, las tensiones de ciertos nudos negativos de injusticias múltiples empañaron el progreso material –evidente y comprobable- de nuestra comunidad. Otro factor cual síntoma inequívoco del justo malestar social, fue la crisis casi estructural de instituciones relevantes de la República, con altos funcionarios con o sin uniforme, condenados, procesados y/o formalizados o imputados —según la temporalidad del ilícito y sistema— de actos de corrupción, junto a otros que salvaron de la condena o de la misma imputación por pericia de sus defensas o ineptitud de los investigadores. Un eslabón adicional, fue también la gota que rebasó el vaso, la imagen decadente de pastores de una iglesia de diversos credos, que custodios de la moral y la ética, literalmente la vulneraban en la sombra siendo que en la luz predicaban su respeto, decayendo su imagen en los suelos cercana a los caminos del infierno.
Todo este insumo, fue una masa propia de un volcán que debía tener varias erupciones sociales, empero como nuestra raza y cultura son extremas e impacientes, solo tuvo un gran estallido, uniendo a en su erupción las más nobles y las más detestables demandas sociales, todas unidas en momento en la luz de la alegría y en otras en la farra de la borrachera que nos impedía distinguir lo bondadoso de lo deleznable. Si octubre, marca el hito de inicio del éxodo hacia un camino de efervescencia y participación ciudadana (como la luna con sus diversas caras); la noche del 14 de noviembre es un punto de inflexión que puede ser el término de una crisis y el comienzo de un proceso para un nuevo Chile.
El acuerdo de un plebiscito de consulta sobre carta constitucional (de entrada y salida), más una posible convención constituyente —cuyo nombre no es antojadizo, pues el lenguaje crea realidad y es lo que otros abogaban como Asamblea constituyente— es un avance si lo observamos con una mirada de país y responsabilidad histórica. Existen dos temas relevantes, esto es, primero una hoja en blanco de inicio constitucional que nace sin un cordón umbilical asido a la constitución creada bajo el régimen militar y ello asegura escribir desde fojas uno sin amarre alguno la nueva norma fundamental. Por otra parte, los quórums de dos tercios son razonables y concordantes con otras experiencias históricas. El todo o nada solo está en la cabeza de quien cree que su verdad es el dogma de la comunidad y aunque tenga un espurio respaldo –negándose a acreditarlo en las urnas- hace mermar la legitimidad de su postura, pues el asambleísmo puro se confunde con la acción popular donde vale más el que grita con mayor fuerza.
En un sistema democrático si no se vacía el respaldo de las ideas en un proyecto realista —como el río que llega al mar— en una representación con respaldo de votos es un eslogan vacío que necesita la marcha violenta y a veces el apoyo de oscuros sujetos o barras bravas para impedir que la voz del pueblo se escuche con claridad, pues hay entes que solo gozan en el horror y otros requieren la confusión y el caos para sus viles propósitos o agendas personales, el caso de Nicaragua y Venezuela son prístinos ejemplos de la borrachera del poder, cuando las banderas y el pueblo son usados a su antojo por un dictador que se reviste de popular para sus intereses más perversos. Cabe observar, que la legítima protesta social en Chile, pudo llegar a un punto cero de no retorno y hacer crisis total con perniciosas consecuencias, si el gobernante en un gesto que la historia juzgará —creo positivamente— opta por dialogar y no sacar nuevamente a las fuerzas armadas a la calle. Ese camino, es la ruta de la paz y quien la abraza debe estar dispuesto a transar. Ya no existe esa vieja consigna que tanto mal le hizo a nuestro pueblo que abrazó odiosidades externas en el pasado, que colocó el dolor y los muertos en una batalla ideológica en defensa de un modelo fracasado en lo económico y en lo político, que culminó con la caída del muro de Berlín.
El nuevo espíritu debe contemplar siempre construir para las mayorías, sabiendo que las facultades de algunos poseen su freno en los derechos de los otros; todos son parte de la república y el texto más importante del sistema jurídico los debe cobijar. A los admiradores de líderes progresistas de américa latina, dable es recordarles el mensaje del ex presidente uruguayo José Mujica, en su visita al país a propósito de la última elección y parafraseando su alocución, es dable afirmar que “actualmente se trata avanzar con transar y escuchar a la otra parte que algo debe tener que aportar”.
Sabemos que si se logra la voluntad popular en las urnas para realizar el proceso constituyente, escribir nuestro destino como sociedad sobre una hoja en blanco ha de necesitar no solo a los mejores, también a los más dotados y a los humildes en un diálogo con altura de miras, desterrando la desconfianza y la odiosidad, colocando a quienes viven mayor precariedad como los destinatarios de la prioridad de las decisiones políticas en nuestra sociedad y sembrando semilla de justicia social al prescribir derechos sociales en el texto fundamental, seguramente aquello podría implicar sacrificar para algunos sus privilegios —como lo adelantó certeramente la primera dama— y es la forma de cuidar los pilares de la sociedad democrática. Sin caer en populismos, aunque soy optimista, creo que necesitamos además de lo anterior y de una urgente agenda social, una profunda inyección de recursos intelectuales, económicos y humanos, que permitan efectuar una verdadera revolución espiritual que socave los cimientos ideológicos negativos inmanentes a nuestra sociedad y pueda extirpar esos pésimos ejemplos de directrices basados en el chaqueteo laboral y académico, la envidia como guía de algunos, la glosa soez y desleal, la palmoteada de cinismo y el comentario zalamero cuando estás con algo de poder o en la cresta del honor; empero si das sombra a alguien cercano al poder inmaduro, debes soportar la injuria por la espalda, incluso la deslealtad de aquel que ayudaste de alguna manera. Hemos de cambiar la mano empuñada para amenazar, por la abierta para recoger un saludo; hablar a la cara y en público, lo mismo que en privado o al oído. Evitar la capucha en la calle y en las redes sociales.
Si queremos mutar este actuar cuestionable debemos socialmente superar el clientelismo y el premio a lo adscrito más que lo legítimamente adquirido por el mérito personal y el esfuerzo. Si logramos sembrar en nuestras comunidades, las universidades, los sindicatos, las entidades públicas y privadas, nuestros lugares de trabajo, la gran revolución espiritual del ejercicio del poder con misericordia, responsabilidad y amor que dé como resultado, ubicar a las mejores personas en los puestos laborales, evitando la envidia y bajeza humana, inyectando los recursos en los más postergados y tratando con empatía hacia nuestro interlocutor, logrando una senda de paz y encuentro en una sociedad imperfecta, para construir un mejor país, donde todos abracemos el respeto a los derechos humanos como una genuina bandera de toda la comunidad, empezando por respetar al prójimo; siendo para ello necesario entonces, un cambio constitucional y en paralelo un cambio humano y cultural.
Llegó Semana Santa y, como era de esperar, con un error mayúsculo de parte de las autoridades acostumbradas a mirar normas sin considerar el contexto. Quedó en evidencia un fatal cambio de horario de atención de público en el paso fronterizo de Mamuil Malal. Por esta razón, acertadamente, los representantes de los gremios y asociaciones de turismo de la zona lacustre entregaron un oficio dirigido al delegado presidencial, José Montalva, manifestando su descontento con el cambio de horario y pidiendo que se reconsidere esta medida para no afectar la economía local.
El comprensible descontento de los gremios del turismo lacustre se debe al cambio de horario de cierre de la aduana en el paso fronterizo Mamuil Malal, lo que golpea directo al mentón a la industria turística local, ya que la medida va en desmedro del turismo regional y comunal sobre todo durante los fines de semana largo y la temporada invernal.
Porque cuando hablamos de integración entre las provincias de Neuquén y Cautín, significa que debemos establecer coordinaciones entre las partes para optimizar el uso de la infraestructura pública disponible en función del transporte de carga y pasajeros, el tránsito de turistas internacionales y el libre tránsito de los ciudadanos de ambos países hacia el país vecino, ya sea por turismo o por compras de productos, que ha marcado un notable incremento considerando lo crítica que es la situación económica y de altos precios de alimentos en nuestro país.
La medida tomada por las autoridades de Gobierno ha afectado directamente la economía de las familias de Pucón que dependen en un 90% del turismo, y se teme que de no corregirse a la brevedad serán responsables del golpe letal a la economía comunal durante este invierno.
Este error es una contradicción al turismo binacional, integrado, pero de verdad. Tantos encuentros binacionales de integración entre autoridades que finalmente son sólo “juntarse a tomar café y comer galletas” porque después en la acción, no pasa absolutamente nada.
Y para que no se diga que las críticas deben siempre traer una propuesta para apoyar el turismo binacional en la zona lacustre, sugiero algunas acciones urgentes y de corto plazo;
1. Promover el turismo de invierno: se deben realizar campañas de promoción tanto en Chile como Argentina y Brasil, destacando los atractivos turísticos en esta época del año, como los deportes de nieve, las termas, los parques nacionales, la oferta gastronómica y de alojamientos, entre otros. Algo que los empresarios locales extrañan en el rol de promoción que por ley debe realizar Sernatur.
2. Impulsar paquetes turísticos binacionales, especialmente aquellos que contemplen actividades y servicios tanto en Chile como en Argentina, para promover el turismo binacional y ofrecer una experiencia integral a los visitantes. Y en esto x 2 ¿dónde está SERNATUR?
3. Fortalecer la infraestructura turística: una que permita a los visitantes disfrutar de una estadía segura. Esto incluye la mejora de caminos, señalética vial y lógicamente los pasos fronterizos. Esto es urgente todo el año.
4. Fomentar la cooperación entre países: es necesario para promover el turismo binacional. Esto implica establecer acuerdos de colaboración entre las autoridades locales, los gremios turísticos y los empresarios para trabajar en conjunto en iniciativas como ampliar los horarios de los complejos fronterizos y por qué no pensar en una frontera única, donde no se tenga que hacer los trámites dos veces.
Al parecer las autoridades desde el nivel nacional y de La Araucanía no han entendido la realidad que vive el turismo en Chile, las regiones y las comunas, que después de la Pandemia no han logrado recuperarse a las tasas de la década pasada y que están registradas en las estadísticas del INE.
Y si, para variar, ante los problemas todos decimos que con “unidad y fe, las cosas van a mejorar”, que “si tiramos para un mismo lado Pucón se va a levantar”, pero desgraciadamente no basta con afirmaciones lindas, se requiere de decisiones y acciones concretas, de lo contrario no hacernos ilusiones y mejor tomar café y comer galletas, antes que las autoridades se las coman todas.
*Sebastián Álvarez es ex concejal, ex director de Sernatur regional, ex diputado y actual precandidato a la alcaldía por Evópoli y emprendedor gastronómico.
Teniendo absoluta conciencia de los problemas expuestos en la columna del lunes 3 de Abril por la llamada “crisis de las parcelas”, es que hace más de 6 años nos hemos hecho cargo, como profesionales en proponer soluciones concretas varias ya plasmadas en proyectos inmobiliarios de la zona, proyectos que demuestran que es posible hacer parcelaciones cumpliendo los estándares que se necesitan pensando en la sustentabilidad en el largo plazo.
No esperamos la ley, que suele ir más lento que las necesidades, hemos tomado acción, ofreciendo casas terminadas o parcelas, en proyectos con un real compromiso de conservación, reforestación, cuidado y protección de áreas naturales y cursos de agua. Creemos que es posible pensar en la sustentabilidad a largo plazo, educando ambientalmente e involucrando a los propietarios en la implementación de los planes de regeneración y reforestación con especies nativas, para goce de los mismos propietarios y de la comunidad.
Sabemos que es posible proteger además los cauces, esteros y fuentes de agua, incluimos piscinas y lagunas naturales (sin agentes químicos), tratándolas con jardines depuradores y organizar huertas orgánicas, bosques comestibles y protección de fauna nativa, generando intersticios (separación entre parcelas para que cruce la fauna nativa entre las parcelas) y fomentando el no uso de cercos, para facilitar su libre tránsito. Debemos promover el uso de paneles solares y así minimizar el estrés del actual sistema de distribución y darle prioridad a las fuentes energéticas sustentables.
Debemos considerar, además, servicios públicos y privados cercanos a los proyectos para evitar grandes desplazamientos que imponen mayor presión al caos vial que vive nuestra comuna. Creemos que estos estándares son un mínimo para proyectar a Pucón como una fuente habitacional sustentable .
Muchos de nosotros tuvimos la oportunidad de migrar desde las grandes ciudades a Pucón u otras comunas pequeñas, para privilegiar calidad de vida, más tiempo con nuestras familias, gozar de la naturaleza y un entorno sano. No es justo proponer prohibiciones, para quienes en el futuro quieran legítimamente tomar la misma decisión, con propuestas discriminatorias, que usando argumentos medioambientales, plantean: “Yo sí puedo habitar este territorio, pero nadie más”.
De alguna manera todos impactamos el lugar donde vivimos, por lo que debemos aspirar a que ese impacto sea lo más consciente y responsable posible y logremos mitigar y compensar con ideas creativas e innovadoras, que cuiden nuestros recursos naturales e incluso logren reparar nuestro medio ambiente.
Queremos sentar las bases de un nuevo estándar en desarrollo inmobiliario y que ese espíritu se replique en otras áreas como el comercio, la construcción, el turismo, etc. Somos privilegiados y junto a la comunidad y a las autoridades locales, queremos conservar este privilegio para el futuro de todos.
*Fernando Lepe es arquitecto paisajista de la Jhon Brokes University (Inglaterra) y Jaime Graf es ingeniero comercial de la U. de Chile. Ambos fundaron O42, oficina de desarrollo sustentable en Pucón.
Siguiendo con nuestra temática centrada en nuestro maravilloso otoño en La Araucanía lacustre les quiero contar de una de las experiencias más novedosas que hay en la zona. Por estos lados hay mucho de donde elegir para realizar actividades relacionadas al turismo: ascensiones al volcán, ráfting, cabalgatas, termas etc. las que corresponden a un turismo más bien tradicional en el cual salvo algunos matices la oferta es bastante similar; es por esto que es muy interesante ver como se han ido generando algunas actividades que van orientadas a que los asistentes puedan vivir una experiencia que mezcla lo vivencial con lo educativo, pero basado en el territorio y con un fuerte énfasis en los alimentos silvestres.
Es con esta idea que en el año 2019 nace Diarios de Otoño de manos de Rosario Valdivieso, Antonia Barreau y Silvia Lazzarino. Esto con la intención de crear una experiencia profunda en la que los asistentes pudiesen experimentar de primera mano lo que significa la recolección guiada por nuestro bosque, el registro de lo aprendido y la utilización de los productos.
La de este año es la 5ta edición y contará con la participación de Viviana Salazar, magíster en Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción, quien guiará la recolección de hongos y Patricia Ayelef, cocinera mapuche quien estará cargo de mostrar la cocina tradicional pehuenche.
Este año Diarios de Otoño se realizará del 17 al 21 de mayo y serán 5 días de actividades en donde el objetivo es que los asistentes compartan entre ellos y descubran nuestros bosques a través de la observación, recolección, ilustración y preparación de lo que nos entrega el bosque como un paisaje alimentario. La experiencia incluye el alojamiento, traslados y comidas. Los invito a ser parte de esta experiencia. Si te gusta la cocina tradicional y local; esta es la oportunidad.
Fernando Mora
Diciembre 12, 2019 at 4:48 pm
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Fernando Mora
Diciembre 12, 2019 at 4:25 pm
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