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Víctimas de sacerdote Damián Heredia rompen más de tres décadas de silencio: “Es llevar por años una vergüenza”

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Por primera vez se atreven a hacer público el testimonio de abusos del religioso que estuvo en Pucón al principio de los ‘80. Cuentan cómo se gestaron los hechos y cómo han tenido que cargar los efectos durante toda una vida.

Por Rodrigo Vergara/ Fotografía WP

Pasaron más de 30 años. Pero los recuerdos están intactos. Aunque permanecieron sólo en la mente de las víctimas, quizás algo bloqueados, pero siempre vivos y recurrentes como una pesadilla que se aparece en los momentos más impensados. Nunca habían salido a la luz pública. Hasta hoy, cuando se atreven a contar la historia que dividió a Pucón en la primera mitad de los ‘80: las acusaciones de abusos sexuales cometidos por el sacerdote Damián Heredia Carrasco. Se trata de Juan Carlos Morales (50) y Eladio Pereda (52), quienes se animaron a romper el cerco de silencio y secreto que siempre rodeó a lo que pasó en el pueblo en esos años.

Juan Carlos Morales es un hombre de hablar pausado. Se ve tranquilo. A veces se ríe de sus recuerdos de infancia. Pero el rostro siempre cambia cuando vuelve a la historia que, según confiesa, marcó su vida. Cuenta que los recuerdos se agolparon cuando leyó el primer reportaje de La Voz… sobre estos hechos. Desde ahí se dispuso a buscar ayuda en la Red de Víctimas de Abusos Sexuales Eclesiásticos y, además, tratar de contactar al resto de las víctimas puconinas del sacerdote. Y en eso está, aunque algunos prefieren seguir en el anonimato. Por ahora, él, junto a Eladio, decidieron enfrentar la historia y contarla. Y es Juan Carlos Morales, quien parte el relato en el momento en que fue convencido para vivir en la casa parroquial, a un costado del principal templo católico puconino. Todo eso cuando él apenas asomaba por los 12 años de vida.

“Eran otras épocas. Otros tiempos. Aquí era una pobreza tremenda en Pucón. Yo fui a parar ahí por un tema económico. Yo era un menor de edad y trabajaba en el Hotel Pucón. Yo tenía 12 años. Y llegó un pasajero de España acá y a él le causó admiración que un niño de esa edad trabajara en aseo. Ese señor se llamaba Luis González y me deja una beca a mí, para que yo estudie y no me dedique tanto a trabajar, porque él tenía una especie de ONG. Cuando se va, me dice que tengo que ir todos los meses a la oficina de la parroquia para que me entreguen el dinero”, recuerda al inicio de su relato, el que sitúa en el año 1983.

Juan Carlos explica que el primer mes le cancelaron el dinero (algo de $1200 de la época con un sueldo mínimo que estaba cercano a los $4500). “Pero cuando voy a buscarlo al segundo mes me dicen ‘no, el padre dice que tienes que venir a vivir aquí o sino no hay más beca’. Entonces yo me fui a vivir ahí”, cuenta.
Pero además había una condición para que él se traslade a la casa del sacerdote. Debía pagar la estadía con trabajo. Así, al menos le dijeron los allegados al religioso Damián Heredia: “Me dicen que tengo que trabajar para la iglesia. Ayudar a picar leña, el invernadero. Lo que fuera”. Dice que esa es la razón por la que se trasladó ahí. Y que la plata del español nunca más la vio. Estuvo dos años en la casa.

La historia de Eladio Pereda (52) tiene puntos de encuentro con la de Juan Carlos. La primera es que las duras condiciones económicas de la época lo hicieron llegar a Pucón desde Licán Ray. La idea, según cuenta, era que él y sus padres querían que surgiera en base a su esfuerzo. Por lo mismo, la idea de venirse interno a Pucón no era una mala idea. “Estuve como tres años en el internado. Pero por una pelea que tuve me expulsaron de ese internado. Y como no tenía donde irme y yo tocaba en la guitarra en el coro, le comenté esto al padre Damián y el me dijo ‘ningún problema, te vienes a vivir conmigo’ a la casa parroquial. Fue más o menos en la misma época de Juan Carlos”, sostiene. En rigor, Eladio sostiene que se fue a vivir al internado católico que estaba en la Escuela Fátima a pocos metros de la casa del sacerdote y como no tenía cómo pagar lo hacía con trabajos de aseo en la parroquia y también en la vivienda que ocupaba Damián Heredia: “Ahí cuando nos castigaba, el cura nos dejaba sin comer”.

Los recuerdos de Eladio brotan más explosivos que los de Juan Carlos (ambos deciden no aparecer con sus rostros en esta publicación). Y pasan pocos minutos del relato cuando brotan las señales de los abusos. “Un día me dijo que no me estaba portando muy bien y me tenía que confesar. Me dijo que tenía que ir a su pieza a una hora determinada. Fue más o menos a las nueve de la noche. Estaban todos acostados y me llevó a la pieza. Me dijo ‘hoy día nos vamos a acostar juntos’. Entonces yo le digo ‘cómo padre vamos a hacer eso si yo tengo mi pieza’. Y me dice que me quede tranquilo, que no va a pasar nada. Empezó a desnudarse y hacer tocaciones. Entonces yo me arranqué de ahí. Yo tenía como 15 años. Él quería que tuviésemos relaciones. Él fue al baño y yo me arranqué”, cuenta Eladio.
Cuenta que luego de eso, vivió una semana terrible. Eladio dice que el sacerdote lo dejaba sin comer. “Me martirizó porque no quise estar con él y tuve que irme”, asegura.

Juan Carlos Morales relata la historia desde el punto de vista del grupo de seis jóvenes que vivieron en la misma casa parroquial durante seis años. Según Morales, la mayoría de ellos fue víctima de alguna forma u otra de abusos sexuales de parte del sacerdote. Estos iban de tocaciones, besos y proposiciones directas de sexo. Sobre el por qué no se fueron a las primeras insinuaciones, Morales cuenta que las razones eran muchas. Desde las necesidades materiales, hasta la vulnerabilidad de cada uno de ellos en diferentes áreas. Según los relatos de la época, Damián Heredia enfocaba en jóvenes adolescentes con alguna problemática sea económica, familiar, rebeldía juvenil, etc.

“Estaban como atrapados en las actividades de la iglesia, el coro, las actividades juveniles, el colegio, los amigos. Éramos un grupo que estaba junto siempre. Éramos como una familia. Éramos como hermanos, muy unidos. Yo creo que ese era el encantamiento que había ahí para los jóvenes”, cuenta Juan Carlos Morales y agrega: “El abuso, si uno lo piensa al día de hoy es muy difícil de explicar para que las personas comunes pudiesen entender. Es un poco hablar de uno, de tu integridad. Por ese mismo motivo es que habemos muchas personas que nunca hablamos hasta el día de hoy. Es muy difícil hablar con alguien y decirle una cosa así. Es una cosa personal, íntima que nos afectó para el resto de nuestros días. Yo soy nacido y criado en Pucón y voy a seguir viviendo aquí porque acá está lo mío. Hay mucha gente que nos apuntó con el dedo con cosas que nada que ver. Hasta el día de hoy hablan cosas que no corresponde hablar porque no lo vivieron. Eran otros tiempos. Hoy un niño de 13 ó 14 años sabe todo lo que tiene que saber, hace 20 ó 30 años atrás no era así”.
Eladio Pereda agrega que para él, su intención principal era ser sacerdote. Pero cuando vivió la realidad de los abusos,

obviamente esas ganas desaparecieron. “Yo quería ser cura. Mi mamá siempre quiso que yo fuera cura. Cuando después vi todo esto qué ganas me iban a quedar de ser cura. Viéndolo hacer misa con la parroquia llena. Yo pensaba que con qué cara iba a hacer misa, era como un lobo vestido de cordero”, recuerda Eladio.

 

La judicialización del tema
Pero hubo un intento de judicializar el tema y lograr algo de justicia. No fructificó y al parecer chocó con lo que chocaron la mayoría de los intentos en el país en aquellos años: la indiferencia del poder judicial, la protección de la iglesia y un Pucón que tampoco ayudó mucho en el apoyo a sus niños.

“Era una comunidad chica, buena para apuntar con el dedo. Ante la gran mayoría de la gente, nosotros le robamos al cura. No fue así. Nos acusaron de robo para blanquearse. El mismo vicario nos mandaba a llamar a las casas con los mismos compañeros del coro. Que fuéramos. Que nos estaba esperando en el monasterio para hablar con nosotros. Para qué, para que a la pasada le salieran a uno de nosotros y le pegaran. Eso fue hecho por los mismos curas. No es una cosa de mal agradecidos como dijeron”, recuerda Juan Carlos Morales.

Morales agrega que los profesores de esa época del Liceo Pablo Sexto fueron relevantes en el apoyo. “Empezaron a ver que los niños bajaban mucho sus notas. Andaban algunos con depresión. Empezaron a investigar y empezaron a llamarlos uno por uno. Había un profesor de filosofía de apellido (Ziley) Mora que estaba en la universidad en Temuco y el empezó a ver eso. Ellos directamente fueron y pusieron una denuncia”, agrega Morales.

En la justicia el tema no superó las etapas primarias de las investigaciones. Y el sacerdote gozó del beneficio de un recurso de protección, según cuentan archivos de prensa de la época. Ambos sostienen que el tema fue desestimado porque, por un lado se argumentó que los profesores del Pablo Sexto habrían querido usar el testimonio de las víctimas para sacarse al cura que, en rigor, era el rector y encargado del establecimiento. Por el otro lado, los argumentos del sacerdote y de la iglesia era que los niños acusadores eran unos mal agradecidos y se aprovecharon para robarle al religioso.

“Esto los curas lo taparon de siempre. Según la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, esta es una de las demandas más antiguas de Chile. La de Pucón. Lo único es que esto ha sido callado siempre. Y esto no salió a la luz por nosotros los denunciantes, porque es algo que no es fácil”, explica Morales, quien agrega: “Más de la mitad del pueblo en esa época estaba con el cura. Y eso hasta el día de hoy se ve aquí”.
Pereda también recuerda lo que vivió en esa época luego de la denuncia: “Nos miraban como bichos raros a nosotros. Que nosotros éramos los equivocados”.

Cuentan que debieron enfrentar a la justicia solos. Sin el apoyo de los padres y sólo algunos profesores los acompañaron en principio. Después, eran unos niños enfrentando al gigante de la iglesia católica. Incluso hasta tuvieron careos con el sacerdote. Obviamente el religioso negó todo y mantuvo las acusaciones de robos en contra de los chicos.
Morales complementa la idea y la extrapola a la actualidad: “Es muy difícil que otras víctimas hablen. Una por la exposición. la otra es porque hay familias detrás. Hay padres e hijos. Yo con mis padres lo conversé al otro día después de 30 años. Lo único que me dijeron es ‘usted es grande y debe blanquearse por usted’. A mi no me gustaría que a un hijo mío o un sobrino o a cualquier chico de acá le pasara lo mismo. Que por ser necesitado sea abusado”.

La idea, según Morales, es que se pueda investigar el caso y que se establezca lo que realmente sucedió. Asegura que en estos casos hay una falla tremenda del Estado de Chile por descuidar a los niños: “Nosotros somos ciudadanos chilenos. No se puede pactar justicia entre dos o tres personas y decir ‘nos llevamos a este tipo de acá porque es más conveniente’. Y eso fue lo que pasó acá (cuando se fue el padre Damián a Ovalle). Por qué la justicia no actuó o no actúa como corresponde. Esto es un crimen”.

El hombre agrega: “El problema es que el daño que quedó tras esto con qué lo van a pagar. Su adolescencia, madurez… con qué se lo van a pagar. Eso no tiene precio. En ningún minuto después que se conoció el caso han llamado. Están calladitos porque saben que esto es verdad”.

Ambos dicen haber pagados costos muy altos en sus vidas personales. Ninguno ha podido consolidar una familia. Ambos han vivido matrimonios fracasados y tienen hijos con los que no han podido transparentar esta situación. En la mesa donde se realiza el encuentro de estas víctimas con La Voz…, las lágrimas aparecen a menudo.

“Yo he tenido tres familias y ahora estoy solo. No he podido conciliar una familia. Como que uno no quiere a la familia. Yo nunca a nadie le quise contar esto. Y creo que a raíz de esto nunca he podido tener una familia. Creo que ahora voy a tener que contarles esto y creo que van a entender. Me ha traído muchos efectos fuertes”, confiesa Eladio. Juan Carlos Morales, en tanto, relata: “La gran mayoría de estas cosas tienen el mismo patrón de comportamiento. Los mismos problemas para constituir familia, Problemas de personalidad. Depresiones. El otro día escuchaba el testimonio de Juan Carlos Cruz (caso Karadima) y todos los que hemos vivido algo así solidarizamos con él porque es lo mismo. Es llevar por años una vergüenza”. Las lágrimas no dejan seguir el relato.

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Fiscalía y municipalidad de Pucón inician arremetida judicial en contra de la denominada “banda del chivo”

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El jefe local del Ministerio Público local, Jorge Calderara, pidió audiencia para formalizar cargos a ocho personas, quienes han sido denunciadas por actos reñidos con la moral realizados en las calles del casco histórico de la comuna. Uno de ellos ya está en prisión preventiva por un robo cometido en la madrugada de este martes en un local del centro.

CAUTELARES.- La idea, según se explicó, es poder solicitar medidas cautelares que permitan sacar al grupo de las calles de Pucón. La incómoda situación se alarga desde inicios del último verano.

La verdad es que han sido noticia, prácticamente, durante todo el verano. Denuncias por ataques en restaurantes, acciones que ofenden la moral (como defecar y tener sexo en la calle) y, últimamente, maltrato animal por los eventuales daños en contra de un chivo que pasean en un carro de supermercado y un perro que pintaron con spray. Se trata del grupo de indigentes que pernoctan y deambula en calles y sitios céntricos de Pucón. Y en las últimas semanas se han gestado una serie de movimientos a nivel de tribunales con el objetivo de plantear alguna solución para este grupo (la “banda del chivo” por el caprino que poseen) del que se han quejado turistas, comerciantes, vecinos y autoridades. Y esto pasa, inicialmente, por una querella que puso la municipalidad por maltrato animal y ofensas al pudor. Pero no es lo único el fiscal jefe de Pucón, Jorge Calderara, anunció que solicitó una audiencia de formalización de cargos por los mismos delitos en contra de ocho personas. Es decir, prácticamente, la totalidad de la banda. También la concejala Verónica Castillo ya había realizado una denuncia en Carabineros a mediados de marzo.

“Es un grupo de personas que durante los meses de enero, febrero y marzo se han dedicado a realizar desórdenes públicos en distintos puntos de nuestra comuna. Estas personas que se denominan en situación de calle y que han sido vistas por muchas personas realizando conductas ofensivas, ya sea orinando o defecando en presencia de todas las personas que transitan por el sector céntrico de Pucón dañando algunos locales comerciales o recintos bancarios y llevando entre ellos animales que han maltratado, entre ellos un animal caprino y un perro y efectuando distintas conductas como el amenazar a algunos transeúntes”, sostuvo Calderara.

El abogado persecutor agregó: “Todo ello ha llevado a que la fiscalía de Chile presentara un escrito solicitando audiencia de formalización en contra del imputado Patricio Alarcón y para siete personas más que forman parte de este grupo pidiendo al juez de garantía que fije una audiencia para formular cargos por distintos delitos. Dentro de ellos están desórdenes públicos, maltrato animal, ofensas al pudor, daños simples, amenazas, estafas a un local comercial y todo ello con la finalidad de pedir las medidas cautelares necesarias para que estas personas dejen de realizar estas conductas”.

Patricio Alarcón, quien estará como imputado en esta querella y parte del grupo, ya está detenido y en prisión preventiva. Esto, por un robo ocurrido la madrugada de este martes en el local Lomos y Tuercas del centro de la comuna. Alarcón fue detenido por Carabineros, junto a Martín Durán. Según se supo, una llamada anónima alertó a los uniformados de un robo de un celular en las afueras de la municipalidad. La llamada considerada como “cazabobos” no consiguió su objetivo, y los carabineros pudieron percatarse del robo en el local. El botín conseguido por los delincuentes constaba de algo de dinero, un computador y botellas de alcohol.

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Largas esperas en paso Mamuil Malal marcan Semana Santa en la zona: cierre a las 17 hrs. es todo un problema

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Opiniones cruzadas en torno a la responsabilidad de la decisión de bajar el horario genera incertidumbre. Ocupación hotelera fue a la baja.

CONGESTIÓN.- Largas filas se vieron en ambos lados de la aduana en el paso Mamuil Malal. El temprano cierre de las instalaciones en poco ayudó para agilizar el trámite. (Fotografía Carabineros).

Cuando pasaron algunas horas después de Semana Santa, los gremios y autoridades sacan sus cuentas. Y algunas de ellas no son muy alegres. Uno de los mayores problemas y complicaciones que presentó la zona fueron las largas filas —y muchas horas de espera— para ingresar o salir de Chile por el paso Mamuil Malal, situación que se potenció con el temprano cierre del paso. Esto, porque desde marzo sólo se puede cruzar la cordillera hasta las 17 horas y no hasta las 20 hrs. como lo fue en verano. Y pese a los oficios de la municipalidad y al reclamo de los gremios turísticos para cambiar la disposición, el hecho es que el horario de las cinco de la tarde como tope se mantendrá por un tiempo indeterminado.

“Durante varios años se ha estado trabajando para lograr tener el paso fronterizo Mamuil Malal abierto, incluso, hasta las 12 de la noche en período de verano; de tal manera que el corredor turístico se convierta en una potente vía de ingreso y salida de turistas. Esta medida va absolutamente al contrario de todo lo que se había estado trabajando para alargar la jornada y ahora, finalmente, se restringe la jornada”, argumentó Julio Pablaza, presidente de la Cámara de Turismo de Pucón. 

Sobre la crisis de este fin de semana que pasó, el dirigente gremial agregó: “Este fin de Semana Santa hubo un tremendo impacto negativo al turismo. Hubo muchos turistas que no pudieron cruzar y que finalmente se quedaron en Argentina. Hubo personas que perdieron sus reservas y dejaron de visitar nuestro destino. Y no sólo se afecta a las comunas de Pucón, Curarrehue y Villarrica. Esto afecta a la región completa”.

El punto es que la municipalidad, a través del Administrador Carlos Olave, ofició al delegado presidencial, José Montalva, para que pueda gestionar un cierre más tarde. Desde la delegación presidencial señalaron que el problema del cierre está relacionado directamente a una decisión de la administración aduanera argentina y que no depende de Chile el asunto. Posición que se contrapone con lo que sostiene el mismo Olave, quien cruzó hacia Argentina el fin de semana y en el lado trasandino consultó y la respuesta, según él, es que el problema es un asunto chileno. 

“Pasé y consulté en la aduana argentina y me señalaron que de parte de Chile habían determinado el horario. Eso me llama la atención y no sé quién está coordinando el cierre más temprano en este momento. Hay una contradicción porque ellos (los argentinos) se habían ajustado al horario que determinó Chile”, explicó Olave.

Baja en las visitas

Sobre el tema de la ocupación hotelera en el fin de semana santo, el presidente de la Cámara de Turismo, Julio Pablaza, sostuvo que hubo cifras dispares entre Pucón centro y el más periférico o rural. Con todo, los números no fueron buenos y las cifras fueron bajas en relación a años anteriores. Pero más allá de eso, el dirigente gremial, nuevamente, pone énfasis en los problemas que presenta el destino cuando aumenta la demanda. 

“Lo importante es qué presentamos en Semana Santa. Qué logramos mostrar a nuestros turistas que llegaron. Finalmente qué tenemos: no funcionó la conificación y tuvimos tacos hasta el cruce a Curarrehue. Son dos o tres kilómetros de congestión para llegar a Pucón, sumado a lo que se demoraron en la aduana (los que venían desde Argentina). Por supuesto que las quejas fueron variadas y múltiples y no presentamos nuestra mejor cara”, sostuvo Pablaza, quien agregó: “El destino debe tener una actitud al turismo. Tiene que estar siempre un paso antes de lo que viene y ver cómo vamos a presentarnos de la mejor manera a los turistas y visitantes. Esto lo tiene que hacer el municipio y los gremios. tenemos que estar atentos a todas estas variables. Creo que quedamos al debe y aún habiendo un buen clima en Semana Santa tuvimos una baja ocupación”.

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Historia repetida en Pucón: PDI captura a prófugo que era buscado por falsificación de dinero e infracción a la Ley de Armas

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El hombre llevaba cerca de dos años en la comuna, hacía una vida normal y residía en un exclusivo condominio. Estaba condenado a más de cinco años en un caso denominado como “casa de papel chilena”. Es el cuarto caso conocido de un evadido de la justicia que es capturado en la comuna desde 2018.

INDAGATORIA.- Los funcionarios de la Bicrim Villarrica realizara un trabajo investigativo de cuatro meses que permitió capturar a Pablo Mallanes la mañana de este lunes.

Pareciera ser que de un tiempo a esta parte hay delincuentes prófugos de la justicia que tienen cierta predilección por ocultarse en Pucón. Pasó en 2018 con un CNI, en 2020 con un participante de uno de los denominados “robo del siglo”; y este verano con un connotado asesino. Y ahora, con uno de los miembros de la —motejada por los medios a raíz de la serie de Netflix española— “casa de papel chilena”. Se trata de Pablo Mallanes Calfucura, quien fue detenido la mañana de este lunes por funcionarios de la PDI, Bicrim Villarrica, en las calles de Pucón. Mallanes estaba prófugo con una condena de cinco años y un día por falsificación de billetes e infracción a la Ley de Armas. 

Según los antecedentes recopilados por este medio, el hombre residía junto a su familia en un exclusivo condominio en Pucón y mantenía actividades normales dentro de la comuna. Es decir, salía de compras, de paseo y hacía deporte, entre otras cosas. Eso, hasta que llamó la atención de los investigadores de la PDI de Villarrica; quienes realizaron un seguimiento por más de cuatro meses y lograron su captura este lunes pasadas las ocho de la mañana, mientras dejaba a sus hijos en un colegio de la comuna; según señalaron testigos que a esa hora se desplazaban por el lugar y se percataron del operativo policial que se gestaba en ese momento.

El subprefecto Yerko Araya, jefe de la Bicrim Villarrica, indicó que el detenido mantenía cuatro órdenes de detención vigentes, una por el delito de apropiación indebida, y las restantes por los delitos reiterados de falsificación de billetes e infracción Ley de Armas.

“Eludía la justicia manteniéndose en la clandestinidad en un domicilio de un barrio residencial exclusivo de la comuna de Pucón. Al ser detenido, además, se da cuenta a la Fiscalía de Flagrancia por el delito de Infracción a la Ley 18.290 por conducir un vehículo con licencia de conducir falsa”, sostuvo Araya.

Tal como lo señaló el oficial, al momento de su detención, Mallanes presentó una licencia de conducir falsificada, por lo que le fue agregado el cargo de falsificación de instrumento público. Así lo señala el fiscal Carlos Hoffmann, quien controló la detención del hasta hoy prófugo. 

“El imputado contaba con sendas órdenes de detención y además fue sorprendido conduciendo un vehículo con una licencia para conducir falsificada a nombre de otra persona por lo que la fiscalía local de Pucón formalizó investigación por delitos tipificados en la Ley de Tránsito que dicen relación con la falsificación de la licencia y también por la usurpación de identidad, toda vez que la licencia que tenía su fotografía, tenía el nombre de otra persona con domicilio en la región metropolitana”, explicó Hoffmann, quien agregó que el juez de Pucón ordenó que Mallanes ingresara a cumplir las condenas que mantenía por más de cinco años de cárcel.

la historia de la “casa de papel chilena”

La historia del denominado caso de “la casa de papel chilena” dice que en mayo de 2018, Carabineros detuvo a cuatro personas, entre ellas, su líder identificado como Pablo Mallanes Calfucura, por los delitos de tráfico de armas y falsificación de dinero en la región Metropolitana. Las diligencias denominadas “Operación Casa de Papel”, lograron las detenciones tras el allanamiento de varios inmuebles de las comunas de Maipú, Puente Alto, Santiago, San Bernardo y Lampa.

Allí, se incautaron dos pistolas calibre 9 mm., una pistola a fogueo, una pistola calibre 40 mm. un maletín para pistola con encargo por robo, 25 cartuchos, dos cargadores y un vehículo Station Wagon con encargo por robo. Asimismo, se decomisaron más de $18 millones en efectivo, $120 mil en dinero falsificado y 64 monedas de $500 falsificadas. Además de instrumentos para la fabricación de billetes y monedas falsas como computadores, impresoras y papel de impresión.Mallanes se encontraba cumpliendo arresto domiciliario nocturno, cuando en febrero de 2021, el 5° Tribunal Oral en lo Penal de Santiago lo condenó a 5 años y un día presidio por tráfico ilegal de armas de fuego. Sin embargo, evadiendo todo control, se fugó. Eso hasta este lunes cuando fue detenido por la PDI en Pucón.

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