Cristopher Pons hace una evaluación de la actividad que marcó el reciente fin de semana. Habla del trabajo por vincular la competencia con la gente local y sus agrupaciones. Además dice que un escenario sin la carrera en Pucón es impensado y proyecta lo que viene para 2024.

Christopher Pons (31) se presenta a esta entrevista con rasgos evidentes de agotamiento físico. Dormir dos o tres horas por día en la última semana, caminar varios kilómetros el domingo para supervisar que todo estuviera bien y, en general, coordinar el desarrollo del Ironman 70.3 de Pucón como el director general de la carrera pasan la cuenta. Lo más evidente es su voz. Presenta una disfonía profunda que le pone cuesta arriba, a veces, esta entrevista. El cuerpo se muestra cansado, pero hay que seguir. Y al día siguiente de finalizada la competencia, Pons ya tiene agendadas algunas reuniones con miras a la versión 2024. El hombre no para. ¿Vacaciones? Quizás en febrero. Quizás. 

Mientras, se hace un tiempo para hablar con La Voz… y desgranar un poco el desarrollo general del evento que lo tuvo, por primera vez, como la cabeza visible. “Fue una semana larga”, parte.

— ¿Cuál es la evaluación que haces del evento?

“La verdad es que quedamos muy contentos porque logramos establecer vínculos con la comunidad en varias aristas. Tenemos la arista deportiva en la ejecución de las carreras y la percepción de los deportistas. La evaluación del deportista es sumamente relevante y desde ese lado muy bien. Y por otro lado, está todo lo que nos comentó la gente en las calles y creo que no había pasado nunca de esa manera. Desde el himno nacional, la banda del Ejército. El sentirse chilenos y que el evento le pertenece a ellos, a la gente. El poder haber acompañado a nuestros directores a la entrega de alimentos en Curarrehue; el poder hoy haber realizado las clínicas con Gatorade y las donaciones a equipos de Pucón y a niños de la comuna; que el comercio haya sentido que por primera vez se los incluía en una parrilla de difusión y publicidad dentro del Ironman y cómo eso da una línea de tiempo para seguir creciendo. Y así se vinculan muchas áreas que empiezan a dejar su marca en Pucón y que el evento se empiece a sentir de acá”.

— Llamó la atención la preocupación por la seguridad, prácticamente duplicaron todos los elementos de seguridad, ¿eso es por lo que sucedió el año pasado imagino?

“Siempre se sacan lecciones. Efectivamente quisimos mejorar mucho los protocolos y el manual de operaciones que tenemos. Buscamos ampliar e incorporar nuevos equipos de rescate y lo primero que se hizo por requerimiento y en un trabajo en conjunto con La Armada fue cambiar el circuito de natación, que fue un muy buen alcance del capitán Paul Hudson, porque nos permitió visualizar que las extracciones que pudiésemos tener del circuito iban a ser mucho más fáciles y expeditas para los equipos de rescate. Entonces, al generar una zona más amplia en el interior (del agua) fue un acierto. Luego, incorporar las carpas de seguridad médica en la playa, totalmente equipadas para recibir cualquier emergencia, también fue un gran acierto. Hicimos dos ensayos de simulación y en el primero pudimos identificar errores que logramos corregir de inmediato. Fue muy bueno el trabajo en conjunto con La Armada, Carabineros, equipos de rescate en motos de playa y los equipos de Red Salud UC. Sí, se aprende de lo vivido. Se duplicaron los equipos y eso nos permitió atender las emergencias que tuvimos en ruta que fueron menores”.

— Por lo visto, había mucho por mejorar en ese ámbito, en el de la seguridad tomando en cuenta lo que sucedió el año anterior a lo vivido este año.

“Más que mucho por mejorar, que si bien fue un caso lamentable (lo sucedido en 2022), hoy por ejemplo el equipo de Red Salud UC se mantuvo igual, se aumentaron en cuatro las motos de agua, en diez los kayaks. El cambio más relevante fueron las dos carpas médicas en la playa y el circuito de natación en sus formas. Esos eran los cambios articulares más relevantes. El equipo que siempre hemos tenido acá en cuanto a rescatistas médicos es de 80 a 85 personas. No hay ningún evento deportivo que cuente con tal equipo de rescate. Solo el equipo de Red Salud son 30 personas. El equipo en agua era de 35 el año pasado, este año eran cerca de 50 personas. Se aumentaron las embarcaciones también. Siempre ha sido robusto, pero sin duda que siempre se puede ir afinando. El eje de operatividad, vías de acceso y cómo poder despejar el público de ciertas áreas para que los equipos de emergencia puedan pasar de manera más fácil; se hicieron más estudios y más análisis y se logró consensuar un trabajo más importante”.

— Imagino que todo esto, de aquí en más, será el piso…

“Sin duda. Esto es la base del trabajo de aquí para adelante. Creo que igual hay cosas que se pueden seguir mejorando y robusteciendo y lo que hacemos después de todos los eventos es recopilar toda la información que tenemos a nuestra disposición, analizar las emergencias que tuvimos y seguir mejorando”.

— Otra cosa que llamó la atención en esta oportunidad es que se realizaron varias acciones de carácter social como entregar cajas de alimentos a Curarrehue, apoyar a los clubes locales, limpieza de la playa y clínicas con niños entre otras cosas. ¿Por qué se hizo así o, al menos si es que se hacía antes, se tomó la decisión de difundirlo más?

“Efectivamente teníamos una merma comunicacional importante. Muy enfocado en el deportista y en lo deportivo. Habíamos dejado de lado —no solo comunicar acciones sociales que se estaban haciendo o donaciones de nuestros socios comerciales— sino que también se crearon muchas aristas nuevas que no existían y eso sí lo quisimos dar a conocer. Hay una responsabilidad importante con los puconinos. Hemos escuchado cómo se sentían porque las calles estaban muy cerradas muy antes del evento. Y en esta oportunidad se puede ver la foto de O’Higgins, donde la gente estaba en la calle y estamos agradecidos porque le dieron el espacio a los triatletas para competir en un ambiente seguro. Cómo los restaurantes de O’Higgins estaban llenos mientras la carrera estaba en curso y fue una grata sorpresa. Hoy día poder vincular y hacer del evento algo mejor, beneficia a todos”.

— ¿Estaba el evento algo desarraigado de la comunidad local?

“Creo que había mucho por hacer. Creo que estábamos muy vinculados a desarrollar la línea deportiva, pero podríamos haber canalizado más a través de otras áreas. Y esas áreas fue vincularnos más con el comercio, con temas de sustentabilidad. Líneas que hoy tenemos que mantener y seguir fortaleciendo”.

— ¿Cómo proyectas el triatlón en Pucón en los próximos años? ¿Podría la “carrera más linda del mundo” desarrollarse en otro lugar?

“La ‘carrera más linda del mundo’ es en Pucón sin duda. Ironman, que es la franquicia que avala el circuito de esta carrera a nivel mundial, no tiene ninguna intención de llevar la carrera a otro lado porque este es un evento que le pertenece a la ciudad, a la comuna y a los puconinos. Hoy día pensar que Ironman no tendría continuidad en Pucón es algo que no entra en ningún escenario. Creo que las conversaciones que hemos tenido con todos los gremios, con los que nos reunimos hace seis meses, están en la misma línea. Es algo que lo sienten propio. Es algo que ellos mismos señalaron que apoyan como comercio. La proyección de Pucón es seguir vinculando la carrera con todos los actores locales. Hoy logramos hitos que no teníamos presente en los 37 años que lleva el triatlón acá y mucho antes, incluso, de que sea una franquicia internacional. Hoy pueden haber otros Ironman en Chile, pero eso jamás le quitaría a Pucón la posibilidad de que la competencia siga”.

— ¿Qué peso tiene para ustedes el concepto de “la carrera más linda del mundo” acuñado por un periodista norteamericano en la década de los ‘80?

“Es enorme, porque la ‘carrera más linda del mundo’ no va por el escenario natural, porque hay muchos lugares en el mundo y en Chile que pueden ser atractivos. Es por un conjunto de cosas que se suman para hacer de la carrera una experiencia increíble. Todos los triatletas globales que asisten al evento —y se da en muy pocos lugares en el mundo— pueden ver las calles totalmente llenas, repletas de gente gritando con la ingenuidad de querer alentar a los atletas y vivir una fiesta. Sin duda el lago, la península y el volcán es un escenario natural precioso; pero esto es toda la semana en la que el deportista tiene a su familia de vacaciones y él quiere sentir la experiencia de correr en el pueblo mismo, en el casco histórico. Ellos disfrutan el escenario andando en la bicicleta porque es un paisaje hermoso, pero cuando están en la ciudad, esa sensación no la da ninguna ciudad en el mundo”.

— ¿Ese concepto de “la carrera más linda del mundo” amarra de alguna forma a Pucón con el triatlón?

“Sin duda. Es algo propio de Pucón. La frase en sí fue dirigida a Pucón. No es algo que se pueda llevar a la Patagonia por muy linda que sea. Esa frase fue nominativa a Pucón. Entonces es algo que por historia va a estar acá”.

— En algún momento Bárbara Riveros y otras autoridades y personajes de la comuna fueron críticos en torno a lo que dejaba el club UC a la comuna, uno de los clubes más grandes de Chile, ¿qué percepción tienes tú respecto de esas críticas?

“Creo que es un poco de lo que comenzamos a desarrollar y potenciar con todo el tema de impacto social va vinculado a lo mismo. El acuerdo que hoy tenemos (con la municipalidad) y la estructura del acuerdo enfocado en principalmente a la inversión en cupos para los deportistas locales y que estos se pudieran desarrollar fue una muy buena visión del alcalde y de su equipo para potenciar el triatlón y los equipos, cosa que sí se ha logrado. Acabamos de donar no solo equipamiento para que pudieran entrenar en invierno, sino que también un arco de metas, el mismo que usamos en el promocional, hoy queda para Pucón. Estamos realizando la primera capacitación de niños de Pucón y Curarrehue en nuestras instalaciones en Santiago, algo que es totalmente histórico. Todo financiado por la fundación de manera que puedan acceder a evaluaciones que no encuentran en toda la región. Eso está abierto también a entrenadores y es un trabajo en conjunto que ya estamos haciendo con miras al invierno del 2023 con las dos alcaldías. Es algo que vamos a comunicar pronto, pero quiero que se sepa que son cosas que no estaban en la agenda y que jamás habían existido”.

— ¿Y la posibilidad de desarrollar en conjunto con la municipalidad proyectos más grandes, como la mantención de la piscina temperada que se planea edificar en Pucón?

“La ciudad en sí canaliza los aportes que, finalmente, el Ironman deja y siempre deja muchos aportes. Estos cupos que te mencionaba, en caso que estos no se usen, se venden y van en beneficio del municipio. Creo que nosotros podríamos contribuir enormemente al uso de esa piscina durante el año con distintos equipos, igual como lo tenemos en San Carlos de Apoquindo, donde todos los atletas vinculados al Ironman y por un bajo costo pueden hacer uso de esto y poder potenciar un mantenimiento. En nuestro recinto vivimos la misma urgencia de poder mantener una piscina. Es sumamente costoso, pero hay hoy leyes de donaciones que permiten optar a fondos para mantener recintos deportivos. Quizás apoyo en esas gestiones, para poder canalizar eso o a través de nuestros socios comerciales, tal vez, algo que podemos hacer. La verdad es que mantener una piscina deportiva es más grande el desafío que la misma construcción. Es un costo muy elevado, pero es una tremenda oportunidad para desarrollar a los deportistas que hay acá en la zona”.

— Ustedes señalaron que la competencia le dejaba a Pucón cerca de US $8 millones a la ciudad misma por el uso de hotelería, restaurantes y servicios varios. ¿Cuánto le deja a la Católica el evento?

“Lo respondo de manera separada. Lo primero es en relación a lo que queda en Pucón. Se han hecho varias notas de diarios especializados en economía con información que sale de las declaraciones que hacen los propios deportistas posterior a la competencia en donde nosotros  les mandamos una encuesta entre 48 y 72 horas después de la carrera. Ellos ahí, entre todas las consultas que se les hacen, se les preguntan cuántas noches se quedan en Pucón y con cuántos acompañantes vinieron. Y tienes rangos desde el mínimo de dos o tres noches hasta 14 noches o más porque son vacaciones familiares. Y el promedio de acompañantes fluctúan las cuatro personas. A un costo diario de lo que significa comer y alojarse en verano en Pucón y todo lo asociado a entretenimiento, es lo que termina entregando una cifra de ese volumen (US $8 millones). Ya en lo que gana el club, nosotros desde que aperturamos la franquicia Ironman, que antes era Half Ironman y antes era Triatlón de Pucón, la fundación, si mal no me equivoco, los primeros seis o siete años el club perdió muchísima plata. Si hoy tomamos la suma y la resta de la totalidad del proyecto, diría que recién estamos empezando a ganar. No podemos ver el año calendario porque hoy sí el evento logra generar ingresos que van todos reinvertidos en deporte por ser fundación, ya que no hay retiro de utilidades. Y todas esas inversiones, como las donaciones de infraestructura, el llevar niños a Santiago y desarrollar deportistas, van destinadas al deporte. Entre suma y resta, el evento recién está empezando a generar utilidades en el margen operacional total de lo que es el proyecto y la franquicia”.